Este show se presentó desde mayo 07 hasta abril 08 en sala The Cavern, Paseo la Plaza. Juan Barraza, Andrés Ini, Fernando Crisci y Masako Itoh. Producción: Pilar Orellana. altostandup@gmail.com. Agradecemos a nuestras familias, a la sala y al público por el aguante y el cariño :)

Entrevista a Peto Menahem


-¿Qué opinión te merece que muchas veces el snobismo intelectualoide y hasta la gente misma del palo del teatro subestimen al stand up tildándolo de género efectista y superficial y a los comediantes como meros contadores de chistes?
Peto: No tengo la menor idea. De última no me importa, no me importa ni el teatro ni el stand up y no me parece que efectista sea una mala palabra tampoco. Qué se yo, tal vez lo digo, simplemente, de tilingo y por tilinguería. En realidad, siempre hicimos esto cuando no teníamos para pagar la escenografía y desde antes de que se llamara stand up. Nada, simplemente monólogos de humor: un hombre solo en el escenario, lo más básico. No digo básico porque sea algo fácil de lograr, sino porque es algo con mucha tradición en la Argentina. No sé, todos escuchamos a Landrisina desde que éramos chicos, Verdaguer, los famosos capo cómicos, etc; hay mucha tradición de esto en Argentina.
-¿Cómo surge la idea de ese Dios coreano, que interpretaste en Cómico Stand up 2 durante el 2005?
Peto: El monólogo trataba sobre un hombre que volvía de la muerte y contaba su experiencia con la muerte: el túnel, la luz, su encuentro con Dios, etc. Y descubría que Dios era muy amigable, cantaba, bailaba, pero era coreano. Y sólo hablaba coreano. La situación era desesperante: estar a solas con Dios y no poder hablar el mismo idioma. En realidad la idea era esta: Dios era bueno pero no hablábamos el mismo idioma y el diablo no era su enemigo sino su intérprete, que se las ingeniaba para que no pudiéramos comunicarnos bien. Yo pienso que la mayoría de los problemas que tenemos hoy en día son un problema de traducción. Si pudiésemos evitar la traducción que hacemos de situaciones, del otro, si tuviésemos una relación más de primera con las cosas, tendríamos menos problemas. La traducción es el demonio.
-¿En quién te habías basado para ese personaje?
Peto: En esos momentos, yo me hacía acupuntura con el Dr. Park. Él me enseñó algunas palabras y frases, para que el Dios también pudiera hablar.
-¿Ves otros espectáculos de stand up?
Peto: A mí lo que me pasa con el stand up es que veo espectáculos y veo muchas reiteraciones de temas, de formas, que no me identifican particularmente. La verdad es que a mí no me emociona un tipo parado en el escenario, por el simple hecho de que sea un tipo parado hablando en el escenario. Me va a conmover lo que diga y cómo lo diga. Me acuerdo cuando pasamos de Cómico 1 a Cómico 2, y me convocaron los productores, yo les dije que no habría nada que me encantara más en la vida, pero dependía del hecho de encontrar un tema del cual me encantase hablar. De lo contrario, yo seria el primero en bajarme del proyecto. Si no encontraba un tema que me conmoviera, me bajaba.
-¿Todos los años te pasa lo mismo?
Peto: No. Ahora estoy más confiado, sé que lo voy a encontrar. Y sé que voy a encontrar la manera de contarlo.
- ¿Cómo es el proceso de creación de los sketchs con los que comienza y termina el show?
Peto: Fueron los momentos de mi vida dónde más me reí. Días enteros de carcajadas. No recuerdo haberme reído tanto en mi vida como cuando armamos Cómico stand up 3. Todo sale del boludeo, pero del boludeo sistemático y de mucho ensayo. Era ir a pasarla bien.
-¿Qué tipo de humor te disgusta?
Peto: Cuando veo monólogos, me distancia mucho dos cosas: la primera es que se baje línea; la segunda, también. Bajar línea significa decir de alguna manera: las cosas son así. Es decir, hay un humor que es muy efectivo, que tiene que ver con “qué b… que es tal”, y que es muy Tinnelli, digamos. Para mí -y esto es muy personal- esto es lícito, si partimos de la base de “qué b… somos todos y el más b… soy yo”. Me parece que es eso lo que provoca la alquimia; de lo contrario, es muy riesgoso hablar del otro. Porque lo que suma a nivel espiritual, como cuando uno cuenta algo tremendo, es encontrar a una persona que se sienta identificada. Por eso, hay que ser muy sincero en este género, hay que contar desde uno mismo. Y más que la identificación, me interesa esa sensación de que el otro sienta “a mí me pasa lo mismo”, y sentirme aliviado por eso. Hablar desde uno mismo, ser sincero, hacer reír y sentirse aliviado; eso es lo que cuenta.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Peto, sos un capo!!! Lei tu Libro "El manual antiayuda" y te juro que no recuerdo haberme reido tanto nunca (salvo cuando me hacen cosquillas mal!!!) Y encima los temas son los mismos de los que hablamos con mis amigos. Que nos declaramos "los que no bailamos"besos y gracias!!!!